Al grito de reinventarse o morir nos han ido empujando hasta el abismo en el que nos hallamos. Los más formados de la historia, me atrevería a decir que hasta los más inteligentes. Hoy en día hasta un niño sería capaz de llegar a la conclusión platónica del mundo de las ideas perfectas. De hecho, grandes masas de población la practican sin saberlo: véase el tipo de gente que cree tener verdades absolutas. Atiborrados de filosofía barata e ídolos prefabricados, nos matamos constantemente por brillar, por ser originales, y por llegar más lejos que nadie. No se trata de ser bueno, se trata de ser el mejor. Y realmente, ¿qué más da? Al fin y al cabo todos vamos a morir y tras ello no vamos a ser nada, mas que los libros que leímos, las películas que vimos y la música que escuchamos. Tenemos mucha cultura a nuestras espaldas. Somos cultura en potencia. Aunque se nos vea como simples consumidores de drogas de diseño.
Sin embargo, somos los mayores productores de la historia. Nuestras bibliotecas, filmotecas y cualquier otro almacén mitificado por los años serán los más grandes del transcurrir humano. Hasta la frase más terca que digamos intentando ser el centro de atención en un chat de madrugada puede ser registrada y convertida en cita célebre. Ser actores porno por un día o una estrella de por meses gracias a que nos hemos cruzado con la cámara de turno. Podemos ser gratuitamente soeces y obscenos, es nuestra propia revolución sexual, artística y, sobre todo, mediocre. Lo concebido se cae y nos dejan un mundo que podemos construir a nuestro gusto, por norma general: mal gusto.
Yo, hasta ahora, había escrito muchas cosas en este blog abandonado desde hace tiempo. Básicamente sentimientos y ese rollo kitsch que nos domina desde la adolescencia hasta que la vida nos da un par de hostias y descubrimos que todo el mundo caga, hasta este esperpento. Que todos somos pretensión y carne podrida, mortales: pero morir es el nuevo negro. Empezamos a fallecer desde el momento en que nacemos, así que hemos de correr y ser originales antes de que el resto nos copie, o de que la muerte nos adelante.
No sé qué pretendo escribir ahora en este blog, no lo voy a planear, me limitaré a reflejar las angustias propias de un niñato criado en el estado del bienestar, alienado de los problemas sociales, de lo que de verdad transciende, preocupado por meter la polla el próximo sábado en la discoteca hipster de turno. Un retrato del sistema que pretenden que perpetuemos, las personas que pretenden que seamos. Al fin y al cabo, si la sociedad no se ha preocupado por nosotros, porqué nos íbamos a preocupar nosotros por ella: somos una generación de mierda, pero de mierda de calidad.
Mientras escribía, sonaba esto.
Gran entrada.
ResponderEliminarPor si no lo has visto:
http://www.youtube.com/watch?v=mC2x5nL_LKk
Lo había visto! Yo creo que nos identifica en todo, excepto en que nosotros tenemos la crisis de los 20, que como no la han clasificado aún, pues es más jodida de soportar.
ResponderEliminarGracias por el aporte !
somos una generación de mierda, pero de calidad,....
ResponderEliminarsomos la generación perdida, luchando por llegar a lo más alto, para acabar siendo todos idénticos.te matas por algo y al final no recibes nada
me ha gustado tu entrada
saludos
"morir es el nuevo negro"
ResponderEliminaraaaaah! jajajaja
maldita frase xD