Tengo el presentimiento de que ahora que todo debería haber ido como la seda, algo va a salir mal. Algo realmente gordo va a volar por los aires y me va a golpear en la cara amarga de la vida, y en la dulce, y las va a volver agrias a las dos. Pero ¿sabes? Tengo el presentimiento de que va a resbalar por mí como un hielo sobre el Sol y voy a explotar con ello y a desintegrarme y a convertirme en polvo de estrellas. Y para cuando algún vagabundo haya recogido todos los pedazos y me haya reconstruido, habré encontrado la sonrisa de emergencia que escondí para estos casos y se la escupiré en las narices a la vertiente oscura del destino.
Porque ya ha habido demasiadas caídas sin opción a levantarse y demasiados tropiezos con distintas piedras repetidas y reiterativas. Porque tengo el presentimiento de que no voy a presentir nada y de que voy a estrellar la nuca de mis sueños en la acera de los miedos para que salga la sangre y flote y suba y suba hasta la cresta de las olas de este mar tan negro, y allí forme la espuma que me retenga en el universo, aislado de todo, feliz, por unas milésimas, para volver a hundirme en las ciénagas de este planeta mundano e inmundo en cuanto mueran mis deseos.
Preferiría que no pasara nada de eso, pero no hay remedio: soy un iluso amante de lo triste, y me gusta el sabor amargo de tus besos (ese que me hunde en tus océanos, que me ahoga entre tus cienos). Deseo que todo salga mal, y ser polvo de estrellas perdido, y tú el vagabundo que recoja y reconstruya mis sueños.
Porque ya ha habido demasiadas caídas sin opción a levantarse y demasiados tropiezos con distintas piedras repetidas y reiterativas. Porque tengo el presentimiento de que no voy a presentir nada y de que voy a estrellar la nuca de mis sueños en la acera de los miedos para que salga la sangre y flote y suba y suba hasta la cresta de las olas de este mar tan negro, y allí forme la espuma que me retenga en el universo, aislado de todo, feliz, por unas milésimas, para volver a hundirme en las ciénagas de este planeta mundano e inmundo en cuanto mueran mis deseos.
Preferiría que no pasara nada de eso, pero no hay remedio: soy un iluso amante de lo triste, y me gusta el sabor amargo de tus besos (ese que me hunde en tus océanos, que me ahoga entre tus cienos). Deseo que todo salga mal, y ser polvo de estrellas perdido, y tú el vagabundo que recoja y reconstruya mis sueños.
Parece que la tristeza te pone feliz :)
ResponderEliminarUn texto IMPRESIONANTE
Mua!!
Yo también lo presiento...
ResponderEliminarVES!!!! ESte si que es un final increible...Grandioso relato
ResponderEliminarGran presentimiento... y es cierto que eres un iluso amante de lo triste
yo también soy una ilusa, no sé si amante de lo triste, pero ilusa UN RATO!
ResponderEliminarla última parte es PRECIOSA!