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Id como una plaga contra el aburrimiento del mundo



lunes, 21 de mayo de 2012

Smile.

So I was riding this black bike back home, in the middle of the shiny Finnish night, where the Sun never sets down completely, and breathing with a stupid slight smile in the face. And then I needed to stop and stare to myself (that's an oxymoron, obviously, cause there was no mirror anywhere), in the top of a hill, and after remaining without reaction for a while, I just set foot on the pedal again and dropped down the slope laughing, while listening to my own voice inside my not-as-healthy-as-expected (but that's fine) mind:

Look at you. When it all started, you thought you have reached the top of your possibilities, and you were so stupidly glad about it. Now, months later, with it all broken and bleeding inside your body, with all this pains ballasting your dreams, you're happier than then and you haven't even noticed it before. So much promises, so much future plans, so much scheduled life. And one day it just blew up unexpectedly, non-sense, without any reason, just whimsically. And what were you able to do during weeks? Just crying. Just realizing that, even you thought you were so clever, with your two well-graded degrees, with your four native spoken languages with just 20 years old, with all your premature independence... You thought you already knew everything about life, but life surprised you across the corner. Now you know you will never be clever enough to understand life, to understand the others, not even to understand yourself. And that's fine. That's so fucking fine. Cause now you don't know about your possibilities, you don't know either about your limits. And even it is not real that you are unlimited, as much as you dream with being so, you can be. And your dreams broke, your future left, your plans crashed, but life goes on. And you are glad you're alive. And you're able to smile upon this fucking black bike riding brakeless the hill down to your home. Happy.

So I arrive home, lock the bike, go up to my room, put the pyjama on and go to bed smiling. Happy of having learned I won't ever learn about life.

domingo, 20 de mayo de 2012

Se acerca un final más

¿Qué decir? Han pasado horas, días, semanas y meses. A veces siento que salgo de este año siendo una persona nueva, que ha aprendido muchas cosas, la mayoría inesperadas, y que estoy mucho mejor preparado para lo que viene. La mayoría de veces, en cambio, siento que salgo de este año hecho una mierda. Era mucho más feliz antes, dónde va a parar. Se suele relacionar felicidad con ignorancia. Y hay tantas cosas que hubiera preferido ignorar...

Sea como sea, estoy a una semana de ponerlo todo en una maleta, dejar fuera los disgustos y volar de vuelta a la rutina, de vuelta a lo esperado, de vuelta a "casa". Y aunque debería de estar alegre por poder zanjar tantas cosas con tanto bagaje nuevo, me invade la tristeza. Demasiadas despedidas. Demasiados recuerdos. Zanjo, también, el canal que abrí en mi pecho y por el que ha corrido tanta sangre. Y echar tierra dentro, aunque parezca mentira, también está doliendo.

No importa la distancia, no importa el tiempo: sigo arrastrando mis errores, sigo siendo consciente de ellos y, peor aún, sigo amándolos.

lunes, 14 de mayo de 2012

Cerremos el círculo

A ti te encantaba Lynch y yo nunca supe por qué. A mí me encantabas tú y por eso nunca conseguimos acabar ninguna de sus películas. Deshicimos muchas más camas con la pasión de los veinte de las que habíamos hecho en los diecinueve anteriores sumados. Hasta que yo olía a ti y tú olías a cielo. Sobre tu pedestal, tan alto. Tan increíble que nunca acabé de vivirlo como cierto. Tan perfecto que se me acumularon todos los defectos en el hueso de la risa y desde entonces no me funciona.

Una vez conseguí que viéramos una de Kaurismaki y también dio igual porque a los diez minutos pasé de los subtítulos a tu entrepierna. Pero fue mi pequeña victoria. Ahora sólo queda el recuerdo, tu olor en mi almohada algunas mañanas, la cama deshecha y media sonrisa autosuficiente. A la otra media siempre le faltarán tus películas de Lynch para recuperar la suficiencia.

lunes, 7 de mayo de 2012

El absurdo de la existencia

El tiempo pasa demasiado deprisa y nos juega malas pasadas. Hoy mismo pienso lo que escribo y mañana lo desmiento, lo contradigo, lo despienso. "Yo soy yo y mis circunstancias" es una idea que me obsesiona últimamente. Las circunstancias están en continuo cambio y entonces yo también cambio y todo pierde el sentido. Nada es estable y lo único que cobra lógica es el absurdo. ¿Acaso no busco yo la estabilidad escribiendo este texto? Aunque mañana niegue lo que escribo hoy y entonces la estabilidad se convierta también en absurdo, en mentira. Se convertirá simplemente en un cúmulo de significados que quiso expresar un Chrístopher que ya no existe, como no existe el que empezó a escribir este texto ni existirá el que ponga el punto tras esta frase. El mundo en continuo cambio le quita el sentido a todo y con los últimos inventos ese cambio se ha vuelto aún más rápido, frenético, imparable. Inconcebible la mayoría de veces. Va a más velocidad que nosotros y cada vez tenemos menos tiempo para reaccionar, para evitar escaparnos de nosotros mismos.


El tiempo nos mata. El tiempo y los cambios que conlleva le han quitado el sentido a todo.

sábado, 5 de mayo de 2012

Somos una generación de mierda

Al grito de reinventarse o morir nos han ido empujando hasta el abismo en el que nos hallamos. Los más formados de la historia, me atrevería a decir que hasta los más inteligentes. Hoy en día hasta un niño sería capaz de llegar a la conclusión platónica del mundo de las ideas perfectas. De hecho, grandes masas de población la practican sin saberlo: véase el tipo de gente que cree tener verdades absolutas. Atiborrados de filosofía barata e ídolos prefabricados, nos matamos constantemente por brillar, por ser originales, y por llegar más lejos que nadie. No se trata de ser bueno, se trata de ser el mejor. Y realmente, ¿qué más da? Al fin y al cabo todos vamos a morir y tras ello no vamos a ser nada, mas que los libros que leímos, las películas que vimos y la música que escuchamos. Tenemos mucha cultura a nuestras espaldas. Somos cultura en potencia. Aunque se nos vea como simples consumidores de drogas de diseño.

Sin embargo, somos los mayores productores de la historia. Nuestras bibliotecas, filmotecas y cualquier otro almacén mitificado por los años serán los más grandes del transcurrir humano. Hasta la frase más terca que digamos intentando ser el centro de atención en un chat de madrugada puede ser registrada y convertida en cita célebre. Ser actores porno por un día o una estrella de por meses gracias a que nos hemos cruzado con la cámara de turno. Podemos ser gratuitamente soeces y obscenos, es nuestra propia revolución sexual, artística y, sobre todo, mediocre. Lo concebido se cae y nos dejan un mundo que podemos construir a nuestro gusto, por norma general: mal gusto.

Yo, hasta ahora, había escrito muchas cosas en este blog abandonado desde hace tiempo. Básicamente sentimientos y ese rollo kitsch que nos domina desde la adolescencia hasta que la vida nos da un par de hostias y descubrimos que todo el mundo caga, hasta este esperpento. Que todos somos pretensión y carne podrida, mortales: pero morir es el nuevo negro. Empezamos a fallecer desde el momento en que nacemos, así que hemos de correr y ser originales antes de que el resto nos copie, o de que la muerte nos adelante.

No sé qué pretendo escribir ahora en este blog, no lo voy a planear, me limitaré a reflejar las angustias propias de un niñato criado en el estado del bienestar, alienado de los problemas sociales, de lo que de verdad transciende, preocupado por meter la polla el próximo sábado en la discoteca hipster de turno. Un retrato del sistema que pretenden que perpetuemos, las personas que pretenden que seamos. Al fin y al cabo, si la sociedad no se ha preocupado por nosotros, porqué nos íbamos a preocupar nosotros por ella: somos una generación de mierda, pero de mierda de calidad.


 
Mientras escribía, sonaba esto.