Nació un día de lluvia y la lluvia fué la principal protagonista a lo largo de toda su vida. Llovía el día en que dijo su primera palabra -miedo-, llovía el día en que aprendió a andar -huyendo-, llovía el día en que empezó a soñar -pesadillas-, llovía el día en que mataron a sus familia en sus narices y, hasta en los días en que no llovía, llovió en su interior.
Jamás lloraba, porque cuando se crece bajo la lluvia se aprende que las lágrimas son sólo agua, más gotas de una tormenta más íntima, menos violenta, pero más hiriente, cuya única finalidad era estrellarse contra el suelo y formar charcos en los que finalmente uno acabaría cayendo.
Pero cuando se crece bajo la lluvio también se aprende a levantarse, a resurgir de sus cenizas, a secar los charcos a patadas y hacerle unos trasquilones a las nubes negras que se enredan en el pelo. Cuando se crece bajo la lluvia también se aprende a seguir por el horizonte la estela que dejan las nubes de tormenta, los culpables de los males, los dueños de la miseria, y enseñarles que, incluso bajo la lluvia, nacen soles con gran fuerza.
Soles que habitan en la mirada, en la esperanza mutilada de una niña que tubo que presenciar como en una guerra absurda más moría una familia inocente, la suya, sin poder hacer nada para solucionarlo, salvo lloverse en su interior y esperar. Esperar a que ese Sol que guarda en su alma salga un amanecer y por fín se haga de día en su tierra, dejen de sonar las canciones más tristes en su oído, dejen de morir los paisajes más alegres en su vista, dejen de existir lo sabores más amargos en sus labios, dejen de olerse las cenizas y la muerte en su olfato y dejen de sentirse los cardenales que deja la vida en el mapa de su piel.
Porque cuando se aprende antes a decir Miedo que Mamá, se aprende antes a Huír que a Caminar, y se sueña antes con Pesadillas que con Volar, sólo queda una palabra por decir, por aprender, y por soñar: Libertad.
Jamás lloraba, porque cuando se crece bajo la lluvia se aprende que las lágrimas son sólo agua, más gotas de una tormenta más íntima, menos violenta, pero más hiriente, cuya única finalidad era estrellarse contra el suelo y formar charcos en los que finalmente uno acabaría cayendo.
Pero cuando se crece bajo la lluvio también se aprende a levantarse, a resurgir de sus cenizas, a secar los charcos a patadas y hacerle unos trasquilones a las nubes negras que se enredan en el pelo. Cuando se crece bajo la lluvia también se aprende a seguir por el horizonte la estela que dejan las nubes de tormenta, los culpables de los males, los dueños de la miseria, y enseñarles que, incluso bajo la lluvia, nacen soles con gran fuerza.
Soles que habitan en la mirada, en la esperanza mutilada de una niña que tubo que presenciar como en una guerra absurda más moría una familia inocente, la suya, sin poder hacer nada para solucionarlo, salvo lloverse en su interior y esperar. Esperar a que ese Sol que guarda en su alma salga un amanecer y por fín se haga de día en su tierra, dejen de sonar las canciones más tristes en su oído, dejen de morir los paisajes más alegres en su vista, dejen de existir lo sabores más amargos en sus labios, dejen de olerse las cenizas y la muerte en su olfato y dejen de sentirse los cardenales que deja la vida en el mapa de su piel.
Porque cuando se aprende antes a decir Miedo que Mamá, se aprende antes a Huír que a Caminar, y se sueña antes con Pesadillas que con Volar, sólo queda una palabra por decir, por aprender, y por soñar: Libertad.
La libertad...eso que todos quieren y pocos tienen,esa palabra en boca de tantos y en vida de tan pocos...
ResponderEliminarEs triste que haya tanta gente en este mundo privada de la libertad que cada ser humano merece.
Es muy bonito, de verdad, precioso...
Quizás el problema es que "nos asusta ser libres", como dijo J.P.Sartre . Echarle siempre las culpas a las circunstancias no es la solución.
ResponderEliminarMuy bueno. Besos.
Tu texto me a conmovido y en algunos aspectos me he sentido hasta indetificado a la hora de escribir mis "historias", creeme cuando te digo que a poca gente que pase por aquí se quedara impasiva, sin sentir algo cuando lea cosas como esta.
ResponderEliminarUn saludo!
Quizás el problema sea que es algo que ya se ha contado muchas veces en muchas películas, en muchas novelas,...
ResponderEliminarPero no por ello deja de ser cierto...
Me encanta destapar mentiras.
ResponderEliminarFantásticos textos, nueva seguidora.
"Porque cuando se aprende antes a decir Miedo que Mamá, se aprende antes a Huír que a Caminar, y se sueña antes con Pesadillas que con Volar, sólo queda una palabra por decir, por aprender, y por soñar: Libertad."
ResponderEliminarPero bueno!! ¿Qué he hecho todo este tiempo sin seguirte?