Te tira, ¿verdad? Notas la tensión del músculo, el tórax a punto de desquebrajarse, una fuerza que desgaja tus pulmones, las costillas astillándose... Sí, cada uno ha metido la mano por donde ha querido y se ha agarrado fuerte de tu corazón. POMpom, POMpom, POMpom... En el fondo ninguno lo quiere. ¡Pero es tan reconfortante el placer de haberse llevado un trozo tuyo! Todos se sienten heridos, todos te recriminan y te echan en cara hasta el último poso de cieno y miserias anclado en su remordimiento. Y tú te callas. Te callas porque no quieres hacerles daño, porque no quieres entrar en el juego de quién ha hecho más, te callas porque no te gusta remover las miserias y te callas porque, al fin y al cabo, no ves necesario arrancarle el corazón a nadie. Pero te dejas arrancar el tuyo. Te muerdes los labios, dejas que tiren y lanzas al vuelo un par de lágrimas. Luego, nada. Tienen lo que querían, esperas que estén contentos, agachas la cabeza y sigues viviendo tu vida haciendo como que no ha tenido importancia, como que todo es perfecto, como que mereces lo que te han hecho y ahora todo es más justo y podrás empezar de nuevo. Y cuando llegue otro también meterá la mano entre tus costillas, y así empieza de nuevo el macabro juego. Vas a acabar rompiéndote, si acaso no eres ya un juguete roto.
sábado, 28 de mayo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me ha gustado mucho tu blog,comienzo a seguirte desde ahora, veo que me sigues en: http://www.jashibe.blogspot.com/ ese tiene un tiempo que no lo uso, te dejo el nuevo, espero te animes a seguirme: http://lalunadespeinada31.blogspot.com/
ResponderEliminarintenso y duro, pero temerosamente cierto...
ResponderEliminar