Por todo lo que aprendí de las noches en vela con demasiadas cosas por decir y con tantos temas tabúes que rompimos con la yema de los dedos. Por mis silenciosos gemidos gratuitos de adolescente con sus primeras arrugas. Por tus caros gritos de experiencia y hedonismo sobreconocido. Por mi uso del plural inclusivo, por tu abuso de la primera del singular. Por mis rabietas sobreactuadas. Por tus decisiones drásticas, pero también por las sorpresas que tan bien se te dan entre silencio y silencio en exceso prolongados. Por la diferencia que no percibes entre mantenerme a un discreto segundo plano e ignorarme por completo. Por la sonrisa más bonita del mundo. La tuya. Y la mía. Por el niño que hay dentro de ti, por el adulto que hay bajo mi piel joven. Por tus imprevistos y por mis planificaciones. Por las reglas que rompimos. Por los mundos contrariados. Por caerte de vez en cuando entre mis cejas, por estirar tu agenda para que quepan mis sueños. Por dejarme el corazón a flor de piel. Por hacerme sentir la china en tu zapato, y la horma, y tu colmo. Por ser tan contradictorias tus insignificancias y tu voluptuosidad. Por tus dos caras y por la que yo no tengo. Por ver cómo sigo completando esta lista...
domingo, 6 de febrero de 2011
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Pues a mí me gusta mucho...
ResponderEliminarademás se nota que todavía no ha llegado lo peor...
la lista está incompleta...
eso me alivia...
a ti no?
Un beso :*