A oscuras y sin palabras es como mejor se aprende. Uno debe sobrevivir sin saber muy bien a qué, ni cuando, ni cómo. Y eso despierta las conciencias, hasta las más dormidas.
A oscuras y sin palabras es cuando uno aprende a mirar con las llemas de los dedos y, a tientas, va trazando un camino por la piel del enemigo que después recorrerán los labios perdiendo besos a su paso. Tras ellos nacerán los primeros sonidos, y el roce de las pestañas, y las sonrisas tímidas, nuevas, extrañas.
A oscuras y sin palabras es como las primeras veces preceden a las que siguen, más luminosas y, también, por qué no decirlo, ruidosas. Cuando ya no importan las llemas de los dedos ni las pestañas, ni la timidez. Cuando ya no importa nada y los labios corren detrás del placer, o en busca de él, sin perder ningún beso y sin dejar escapar sonrisas cómplices.
Por eso, a oscuras y sin palabras es como mejor se aprende y, también, como mejor se disfruta. Como más se siente, como más se recuerda y, al final, como más se enseña.
A oscuras y sin palabras, dando palos de ciego, se pierde la inocencia, se descubre un mundo nuevo...
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Veo poesía en tus textos, en este en especial...me encanta lo que escribes!!
ResponderEliminarYo no creo que despierten todas las conciencias la verdad...hay algunas que están muertas XD.
Violetcarsons.
Lo mejor de estar a oscuras es que aprendes a fiarte de tus manos, y escuchas el tacto.
ResponderEliminarEso es casi imposible en el mundo en el que vivimos.
Que bonito
Un beso muy grande!