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Id como una plaga contra el aburrimiento del mundo



miércoles, 3 de febrero de 2010

Macondo

Y allí estaba el patio de la casa. Se entraba por los grandes portones de madera, se atarvesaba el amplio recibidor de tierra molida, se pasaba junto a los establos, a través de la cocina, se recorría el perfumado pasillo de las begonias, más allá de las habitaciones, y allí estaba el patio de la casa. Con su enorme almendro en el centro, con el esqueleto de un centinela atado a él bajo un porche de palma roído por el tiempo. Y en aquel patio siempre llovía y a ella le recordaba al espíritu de Melquíades por los pasillos, a Rebeca comiendo tierra con lombrices para matar la ansiedad, a Amaranta bordando pañuelos para envolver su muñón quemado, a Remedios desangrándose, a José Aureliano y sus bigotes largos y sus pescaditos de oro, a Arcadio y sus complejos y megalomanías, a la pobre Úrsula sufriendo, siempre sufriendo.

Y allí estaba el patio de la casa, y en realidad no existía, eaunque ella lo veía, No existía ni el almendro, ni José Arcadio atado a él, ni ningún otro personaje de aquel Macondo que crecía en su interior. Le habría encantado llamarse Remedios o Rebeca, o Úrsula, o Amaranta, incluso Arcadia o Aureliana. Le habría encantado salir fugaz de la pluma de un premio Nobel y quedar para la posteridad.

Pero lo único que aprendió de la novela fue a vivir cien años de soledad, y es que desde que él, aquel que le regaló el libro, que le enseñó a vivir, a sentir, a reir, a disfrutar... Desde que él se fue nunca más volvió a atisbar la realidad.

7 comentarios:

  1. Yo tengo cerca un patio así...


    Buenos días.

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  2. Soy leinad24
    perdona por no haberme pasado por tu blog, he estado de mudanza blogueril jeje, pero ya estoy aquí de nuevo.

    Tengo que leer ese libro ya....yo siempre he pensado que cada libro tiene una edad, y tengo miedo de quedarme corto y no entenderlo o pasarme y que me parezca simplón

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  3. cien años de soledad. ya esta en mi buró mental como apunte para ser leido.

    te lo digo bien clarito, no todos tienen esa belleza de acaricias las palabras. en horabuena.

    Llorar a lágrima viva.
    Llorar a chorros.
    Llorar la digestión.
    Llorar el sueño.
    Llorar ante las puertas y los puertos.
    Llorar de amabilidad y de amarillo.
    Abrir las canillas,
    las compuertas del llanto.
    Empaparnos el alma, la camiseta.
    Inundar las veredas y los paseos,
    y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
    Asistir a los cursos de antropología, llorando.
    Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
    Atravesar el África, llorando.
    Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...
    si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
    no dejan nunca de llorar.
    Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
    Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
    Llorarlo por el ombligo, por la boca.
    Llorar de amor, de hastío, de alegría.
    Llorar de frac, de flato, de flacura.
    Llorar improvisando, de memoria.
    ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

    supongo que al llorar tambien se le añadiria ESCRIBIR. qué no?

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  4. Siempre G.G.M. ¡ Grande!. Me encanta lo que has escrito. Me quedo leyéndote... tienes un blog fantástico... Te enlazo a mi blog Charcos paralelos.

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  5. Justo hoy estaba pensando en qué libro iba a secuestrar, ahora que somos libres, y creo que ya lo sé... xD

    Por cierto, siempre se me apegan las canciones que pones.Hay una que sale en un anuncio... ^^

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  6. una gran mentira
    te sigo -que es una gran verdad.

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